El Papa, es de acuerdo con la iglesia Católica el vicario de Cristo, lo que significa sustituto o reemplazo.
En la época de Lutero, pocos pudieron haber investigado un poco más este asunto o incluso negarlo, pues el acceso a las Escrituras no era algo común; la gente creía, y con fe, actuaba con base en lo que creía. Fue por esto, que el Papa, con su envestidura de Vicario, cometía algunos abusos contra el pueblo, como la venta de indulgencias (salvación por dinero).
Seguramente Lutero no fue la figura más popular entre el clero, al afirmar que no necesitamos otro mediador más que Cristo para alcanzar salvación delante del Padre.
Esta afirmación es uno de los cinco pilares de la reforma; Solus Christus. Jesús mismo dijo: “Yo Soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:5-14) y “Yo Soy la puerta” (Juan 10:1-10). ¿Cómo afecta nuestra vida el conocer esta verdad? Sabemos que somos pecadores. Está bien que confesemos a otros hermanos nuestros pecados, y que podamos crecer juntos (Santiago 1.6), pero lo que es verdaderamente bueno, es acudir directamente a Cristo para pedir perdón y redención.
Podemos saltarnos la burocracia eclesial de rogar perdón a Dios por medio de un ministro ordenado para que Él lo haga a Jesús, o incluso la burocracia celestial, pensando que podemos rogar perdón a alguna persona en el cielo para que esta a su vez pida perdón a Dios.
Solus Christus es acceso a Dios por medio de Jesús.