Escuchar la dirección de Dios empieza en nuestra mente y corazón. La Biblia nos recuerda “estar quietos” (Salmo 46:10) mientras escuchamos Su guía y a ser “ transformados mediante la renovación de nuestra mente” (Romanos 12:2). Las Escrituras están llenas de oraciones que usted puede usar para pedirle a Dios que le ayude a enfocarse en Él, tales como: “¡Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos!” (Salmo 139:23) Verdaderamente, busque al Señor y pídale a “nuestro generoso Dios” (Santiago 1:5) que alinee sus pensamientos con los deseos que Él tiene para usted.